Ven, te daré todos mis sueños, que vivo de ilusiones y así no se vivir.
Aunque no quiera pienso en ti, y el fuego del recuerdo es aquel en que me quemo...
Aunque no quiera pienso en ti, y el fuego del recuerdo es aquel en que me quemo...
Quiero morir en tu veneno, beberlo de tu piel a cada amanecer. No hubo licor de devoción en ninguno de tus besos y aun así en ocasiones los anhelo.
Me pierdo en la realidad, fingiendo vivir un sueño que acaba cuando cierro los ojos... Te busco y me pierdo, mientras que me pierdo y allí te encuentro.
Tú, producto de mi imaginación, por ti perdí la razón, y con ello marchito el corazón. Dijiste que sin ti no sabría vivir, y es cierto por eso estoy muerto, enterrado bajo mi propia piel.
Quise beber de ti, pero solo conseguí que te alimentaras de mi deseo, agotando mi vida a mordiscos...